Año 2014
Letras del face II (Editorial Dunken)
Compiladora Marita Rodríguez Cazaux
Rutina (Página 136)
Apuró la
cerveza de un trago y le pidió a Lucy que le trajera otra. Mientras la rubia
buscaba en la heladera, se asomó por encima de la barra para mirarla de atrás.
Se sonrió y dio media vuelta en su banco para mirar a los que jugaban al pool.
Gerardo y Damián jugaban en dupla contra Ale y el Gordo. El Gordo tenía nombre,
claro, pero no lo sabía a pesar de que hacía un año que concurría al bar todas
las noches, después del trabajo.
Iba
religiosamente. Se sentaba en la barra, pedía una cerveza y mientras Lucy la
destapaba, se preguntaba que hacía una mujer como ella en un lugar como ése. Después
se distraía con los que jugaban al pool. Miraba el reloj y pensaba en su
familia. ¿Qué estarían haciendo? No lo sabía, pues desde que habían llegado al
pueblo, a esas horas, él las pasaba en el bar. Pero le bastaba con saber lo que
hacían cuando regresaba a casa y a la mañana siguiente y a la siguiente.
Se levantó
y entró en el baño, uno, de espaldas vomitaba en el mingitorio. Se le revolvió
el estómago. Retrocedió asqueado, sin poderlo evitar, se acordó del agrio olor a
leche vomitada que había quedado en la blusa de su mujer, del hedor a pañal
sucio que desprendió el bebé al despertar, del tufo a guiso recalentado a la
hora de la cena,
Salió del
baño, vio a Lucy limpiando la barra y murmuró:
-¿Querés
casarte conmigo?
Lucía
levantó la vista y le contestó:
- Si me
preguntaras si quiero ser tu amante, podría considerarlo.
No creía lo que acababa oír. Entre tanto, ella seguía limpiando y desde
lejos le sonreía. Estaba absorto. Tomó un trago de cerveza y dio media vuelta
para ver a los que jugaban al pool. De pronto la voz de Lucía le susurró:
- Hoy salgo a la una.
El Gordo, ¿se llama Rodolfo? se preguntó en ese momento. Miró su reloj,
era hora de volver.
Pagó lo que había consumido, la saludó:
- Chau, nos vemos.
- Nos vemos – dijo ella y le guiñó un ojo.
Salió del bar y se encaminó para su casa. Miró su reloj, eran las diez
menos cuarto.
Al llegar lo recibieron extraños aromas. El aire olía a lavanda, a frutas,
a maderas.
El bebé dormía plácidamente en los brazos de su mamá.
-¿Querés que te caliente la comida? –le susurró su mujer.
-No tengo hambre, me voy a dormir – contestó en voz baja y se fue a
acostar.
Se levantó para ir al baño, miró la hora, eran las doce y media. Todavía
estaba a tiempo. De pronto oyó sollozar a su bebé, fue hasta el cuarto y lo
tomó en sus brazos.
Mientras lo mecía percibió que su ropita estaba suavemente perfumada. Lo
besó tiernamente en la frente y volvió a recostarlo.
Regresó al dormitorio, se metió en la cama, miró la hora una vez más y apagó
de inmediato el velador, para no despertar a su mujer. Trató de acordarse de cómo
se llamaba el Gordo y se durmió.
Cuentos bajo el portal azul (Editorial Dunken)
Compiladora Wally Zambon
Recursos Sobrehumanos (Página 110)
Hundió la
cara una vez más en los avisos clasificados del diario local convencido de que
encontraría trabajo. Anotó varios en su libretita (Importante empresa solicita) la guardó en el bolsillo del saco y
salió. Abordó el colectivo, subió a duras penas y viajó apretujado hasta
destino. Al bajar, divisó de lejos a un ex compañero de la secundaria (personal masculino) que esperaba para
cruzar la calle. Vestía impecable traje azul y portaba un maletín (Requisitos) Se escondió detrás de un
poste para evitar que lo reconociera y cuando lo perdió de vista siguió su
camino. Trató de aflojarse la corbata, pero se abstuvo, así se veía presentable,
aunque el saco fuera prestado, la corbata de su abuelo y el pantalón le quedara
corto (Muy buena presencia) Llegó al
lugar de la entrevista, un sofisticado edificio de oficinas, ubicado en pleno centro.
Se encaminó
hacia el ascensor, esperó un rato y subió junto a cuatro individuos más.
Llegaron al sexto piso y formaron fila, por orden de llegada, frente a una
oficina en cuya puerta había un cartel con la inscripción “Cosmopolitan Enterprise”
(Buen manejo de inglés) Esperó un
rato, metió las manos en los bolsillos y agachó la cabeza pensativo. Ya había
pasado media hora y mientras los demás postulantes conversaban animadamente (Buen manejo de las relaciones
interpersonales) él miraba fijamente el piso. Finalmente se abrió la puerta
de la oficina y tras ella apareció una señorita rubia y sonriente. Les entregó
una solicitud a cada uno y pidió que la completaran. Terminó de llenar el
formulario y cuando levantó la vista pudo comprobar que la fila llegaba hasta
el final del pasillo. Respiró hondo y se arregló el nudo de la corbata (Tolerancia al estrés) Al cabo de diez
minutos se abrió nuevamente la puerta de la oficina y tras ella apareció la
misma señorita rubia y sonriente de antes, los invitó a ingresar y a tomar
asiento. Una vez adentro, recogió las solicitudes y les pidió que aguardaran,
prometiéndoles ser convocados a la brevedad.
Cruzó las
piernas y recorrió el lugar discretamente (Influencia
e impacto) Luego miró de reojo a sus competidores. La rubia hizo pasar al
primero:
- Daniel
Martínez…
Descruzó
las piernas y apoyó las manos sobre las rodillas. Se pasó la lengua por los
labios. De pronto sintió el impulso de acercarse hasta el dispenser y servirse
un vasito de agua, pero permaneció sentado (Autocontrol) Hizo sonar los nudillos. Metió las manos en los
bolsillos del pantalón. Salió Martínez. La rubia hizo pasar al segundo:
- Alberto Fontana…
Se restregó
los ojos y bostezó. Agachó la cabeza y vio que sus zapatos estaban cubiertos de
polvo. Buscó el pañuelo y se puso a limpiarlos. Dobló el pañuelo cuidadosamente
y volvió a guardarlo. Estiró las piernas y entrelazó las manos (Flexibilidad) Intentó quitarse el
anillo. No pudo. Metió las manos en los bolsillos del saco y encontró el
boleto. Hizo un bollito y lo encestó en el cenicero que tenía enfrente. Salió
Fontana.
La rubia
hizo pasar al tercero:
- Pietro
Antonelli…
Se aflojó
el nudo de la corbata y cruzó las piernas. Las descruzó, fue hasta el dispenser
y se sirvió un vasito de agua. Tomó el agua. Hizo crujir el vasito y lo tiró al
cesto (Toma de riesgos) Le llamó la
atención el cuadro en la pared frente al dispenser.
Se quedó
mirándolo. Salió Antonelli. La rubia hizo pasar al cuarto:
- Lucas
Santoro…
Volvió a
sentarse. Le preguntó la hora al que estaba sentado a su lado. Agradeció y
suspiró. Se quedó pensativo. De repente se levantó, se dirigió hasta la puerta
y se fue (Sentido común)
Llamó el
ascensor y como se demoraba en llegar decidió bajar por la escalera (Adaptación al medio) Una vez en planta
baja, al salir se encontró de frente con su ex compañero de la secundaria. Ya
era tarde para esconderse, así que no le quedó más remedio que saludar:
- Buenas –
murmuró mirando el piso (Comunicación
oral) El otro ni siquiera lo registró, siguió caminando, se acercó hasta el
portero y le dijo:
- Buenas
tardes. Soy el licenciado Gustavo Ordóñez, gerente de Recursos Humanos de “Cosmopolitan”
Rosario…alcanzó a escuchar mientras salía. Se alegró por su ex compañero (Empatía) y fue a ver el próximo empleo (Excluyente).
Año 2015
Entre lunas y soles (Editorial Dunken)
Son las siete. Tendría que levantarme. Uy que fiaca.
Cómo me
cuesta levantarme los lunes. Sobre todo cuando hace frío.
Me quedo un
ratito más. Hasta las ocho.
Voy a
esperar a que se vaya Sara así de paso me prepara un café.
Las ocho y
media. Sara ya se fue y ni la escuché.
Afuera debe
estar helando. Me quedo cinco minutitos más.
Ya son las
diez y veinte. Ah me estoy meando.
Me voy a
tener que levantar.
Uy que
frío. Mejor me envuelvo con el acolchado.
Oh la canilla
de la pileta del baño sigue goteando. Tendría que cambiarle el cuerito.
Uh mojé la
tapa. Bueno después la limpio.
Ay el agua
está helada. No pienso lavarme la cara.
Que frío
que hace acá adentro. Encima me tengo vestir.
Después.
Ahora me quedo así en pijama y pantuflas nomás.
Pensar que
cortaron el gas por retrasarnos unos meses nomás.
Voy a poner
la pava para cebarme unos mates. Aunque no me gusta tomar mate solo.
Mejor me
preparo un café. No hay café.
Debería ir
a comprar. Pero me tengo que vestir.
Ah Sara no
me dejó plata.
Me hago un
té y listo.
Uh para
colmo no hay pan. Le dije a Sara que se fijara si quedó pan. Acá hay pan duro. Me
podría hacer unas tostaditas.
No hay
manteca. Entonces no.
No hay nada
en esta heladera. Una botella de agua…dos limones…un frasco de miel…el
escabeche de berenjena que hizo mi suegra.
Vieja
bruja. No hace más que llenarle la cabeza en contra mía.
Que es un
vago…un mantenido…que no quiere trabajar.
Ya va a ver
el trabajo que me voy a conseguir. Le voy a tapar la boca. Le voy a demostrar
quién soy yo.
Que día
horrible. Hace frío…llovizna. No da para salir.
Por lo
menos Sara me compró el diario.
Ah que
sillón más cómodo. Fue la mejor inversión que hice.
Bueno, a
ver los clasificados. La sección de espectáculos.
La sección
de deportes. El Barza goleó cinco a cero al Real Madrid con tres goles de
Messi…que grande la pulga.
A ver voy a
prender la tele. El control remoto…acá está.
Canal
ciento tres….justo mirá.
Que golazo.
Solo entró. Que crack Dios mío. Igual que el Diego.
Bueno voy a
ver los clasificados. Siempre lo mismo.
A ver los
profesionales...importante empresa seleccionará para la ciudad arquitecto…
Si hubiera
terminado la carrera…cinco materias me faltaron. Cinco nomás.
Podría
terminarla. Si me consigo un laburito hasta el mediodía podría ir a la
facultad.
No. Ya
estoy grande.
A ver
administrativos/as secretarios/as…administrativo contable…experiencia mínima
dos años…bla…bla…bla…cinco mil pesos.
Auxiliares
y de servicios… Chofer…bla…bla…se ofrece sueldo convenio. Operarios para la industria…metalúrgico…capacitación
a cargo de la empresa.
Después se
asustan cuando dicen que creció el índice de desempleo.
Con los
sueldos que pagan y las pretensiones que tienen no me extraña.
Preferiría
trabajar por mi cuenta. Sí, eso es.
Podría
aprender un oficio.
Plomería. Y
de paso arreglo la canilla del baño.
Manejaría
mis horarios. No tendría jefe. Las ganancias serían cien por ciento mías.
Tendría que
hacer un curso de tres o cuatro meses.
Sara lo
pagaría, ella no tiene problemas. Tendría que comprarme las herramientas
también.
No. Tiene
que ser algo más fácil.
Puedo
rebuscármela como pintor. Cualquiera sabe lijar y pintar una pared. No es
ninguna ciencia.
Y podría
empezar por casa, las paredes ya están percudidas.
Le voy a
decir a Sara cuando venga que compre cuatro tarros de color blanco al látex, aguarrás,
lija y pinceles.
No. Mejor
le mando un mensaje de texto ahora, así cuando salga del laburo va directo a una
pinturería y empiezo esta tarde.
Donde está
el celular…Uh lo dejé en la pieza. Bueno después lo busco.
Ya son las
doce y media. Debería bañarme.
Pero está
helado. Y ya me bañé ayer…O fue antes de ayer…
Además si
me voy a poner a pintar voy a ensuciarme. Me conviene bañarme después.
Pero está
lloviznando. No se puede pintar con humedad.
Voy a
prender la tele para ver el pronóstico.
Ciento uno.
Ciento dos. Ciento tres.
Repiten el
partido del Barza contra el Real Madrid. Vamos todavía.
No podría
haber empezado mejor el día.
Lástima que
no me hice el té. Me vendría bárbaro algo calentito.
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